En la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios.
Memoria del beato Miguel Agustín Pro, presbítero y mártir o san Clemente, Papa y mártir*, o san Columbano, abad ** MR, p. 920 (912) / Lecc. II, p. 1032
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sab 10, 12
El Señor le concedió un duro combate, para que supiera vencer, porque la sabiduría es más poderosa que todo.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, que concediste a tu siervo Miguel Agustín Pro, en su vida y en su martirio, buscar ardientemente tu mayor gloria y la salvación de los hombres, concédenos, a ejemplo suyo, servirte y glorificarte cumpliendo nuestras obligaciones diarias con fidelidad y alegría y ayudando eficazmente a nuestros prójimos. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Estos dos profetas habían sido el azote de los habitantes de la tierra.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 11, 4-12
Yo, Juan, oí que me decían: “Aquí están mis dos testigos. Son los dos olivos y los dos candelabros, que están ante el Señor de la tierra. Si alguno quiere hacerles daño, su boca echará fuego que devorará a sus enemigos; así, el que intente hacerles daño, morirá sin remedio.
Ellos tienen poder de cerrar el cielo para que no llueva mientras dure su misión profética; tienen poder para convertir el agua en sangre y para castigar la tierra con toda clase de plagas, cuantas veces quieran.
Pero, cuando hayan terminado su misión, la bestia que sube del mar les hará la guerra, los vencerá y los matará. Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad, donde fue crucificado su Señor, y que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto.
Durante tres días y medio, gentes de todos los pueblos y razas, de todas las lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres, pues no permitirán que los sepulten. Los habitantes de la tierra se alegrarán y regocijarán por su muerte y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas habían sido el azote de ellos.
Pero después de los tres días y medio, un espíritu de vida, enviado por Dios, entrará en ellos: se pondrán de pie y todos los que los estén viendo se llenarán de espanto. Oirán entonces una potente voz, que les dirá desde el cielo: ‘Suban acá’. Y subirán al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 143
R/. Bendito sea el Señor, mi fortaleza.
Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides. R/.
Él es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde. R/.
Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte, pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. 2 Tm 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
Del santo Evangelio según san Lucas: 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”.
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. Entonces, unos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”. Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, con tu bendición, los dones que te presentamos, para que, por que, por tu gracia, nos inflamen en aquel fuego de tu amor con el que el beato Miguel Agustín Pro venció en su cuerpo todos los tormentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16, 24
El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella fortaleza de espíritu que hizo a tu mártir, el beato Miguel Agustín Pro fiel en tu servicio y victorioso en su pasión. Por Jesucristo, nuestro Señor,
O bien:
*San Clemente I, Papa y mártir MR, p. 883 (872)
Del Común de mártires: para un mártir, MR, p. 930 (922), o del Común de pastores: para un Papa, MR, p. 941 (933).
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que te muestras admirable en las virtudes de todos los santos, concédenos celebrar con alegría la memoria de san Clemente primero, sacerdote y mártir de tu Hijo, que dio testimonio con su muerte de los misterios que celebramos y confirmó con el ejemplo lo que predicó con su palabra. Por nuestro Señor Jesucristo…
O bien:
**San Columbano, abad MR, p. 884 (873)
Del Común de pastores: para los misioneros, M R, p. 952 (944), o del Común de santos y santas: para un abad, MR, p. 970 (962).
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en la vida de san Columbano, abad, uniste de un modo admirable la observancia monástica y el empeño por predicar el Evangelio, concédenos, por su intercesión y siguiendo su ejemplo, buscarte sobre todas las cosas y trabajar para que crezca tu pueblo creyente. Por nuestro Señor Jesucristo…