LECTURAS DEL DOMINGO DE LA SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO 24 DE NOVIEMBRE (BLANCO)

 

Mi Reino no es de este mundo.



Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo Último domingo del Tiempo Ordinario [Se omite la Memoria de los Santos Andrés Dung-Lac, presbítero y compañeros, mártires] MR, p. 455 (452) / Lecc. II, p. 193


ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 5, 12; 1, 6

Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A Él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundamentar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede, benigno, que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Su poder es eterno.

Del libro del profeta Daniel: 7,13-14

Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 92

R/. Señor, tú eres nuestro rey.

Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. R/.

Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.

Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.

El soberano de los reyes de la tierra ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre.

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 5-8

Hermanos míos: Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra; aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Miren: El viene entre las nubes, y todos lo verán, aun aquellos que lo traspasaron. Todos los pueblos de la tierra harán duelo por su causa.

“Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que ha de venir, el todopoderoso”. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN  Mc 11, 9. 10




R/. Aleluya, aleluya.


¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.

Tú lo has dicho. Soy rey.

Del santo Evangelio según san Juan: 18, 33-37

En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le contestó: “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?” Pilato le respondió: “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?” Jesús le contestó: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí”.

Pilato le dijo: “¿Conque tú eres rey?” Jesús le contestó: “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Reunidos en torno a la mesa del Señor, presentemos al Padre nuestras plegarias.

Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.

Por toda la Iglesia. Que se esfuerce para reconciliar al universo con Dios y pacificar a todas las creaturas, por la sangre de la cruz de Jesucristo. Oremos. 

Por la humanidad entera. Que la semilla del evangelio germine y se manifieste, y todos reconozcan con gozo que Cristo es el Señor. Oremos. 

Por los gobernantes de las naciones. Que siempre trabajen por el bienestar de los ciudadanos, especialmente los más desprotegidos. Oremos. 

Por los pobres y los enfermos. Que encuentren en Jesús fortaleza y coraje, y en nosotros, solidaridad y ayuda. Oremos. 

Por nosotros. Que vivamos profundamente la alegría de ser seguidores de Jesucristo. Oremos.

Escucha, Padre, nuestras plegarias, y conduce al mundo hacia tu Reino de vida, de amor y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz.


Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28, 10-11

En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.