En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
De Feria, Misa por el sacerdote celebrante, A (Especialmente por un sacerdote que tiene fieles encomendados) MR, p. 1104 (1096) / Lecc. II, p. 1041
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Col 1, 25. 28
He sido constituido ministro de la Iglesia, por disposición de Dios. Predico a Cristo a fin de que todos lleguen a ser perfectos en Cristo Jesús.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que no por mis méritos sino por la generosidad de tu gracia, quisiste ponerme al frente de esta familia tuya, concédeme desempeñar un ministerio sacerdotal digno de ti y guiar, con tu auxilio, a la comunidad que me has confiado. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
El tiempo de la cosecha ha llegado ya; la mies de la tierra está madura.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 14, 14-19
Yo, Juan, tuve otra visión: Vi una nube blanca y en ella a alguien que parecía un ser humano, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
Entonces un ángel salió del templo y le gritó con potente voz al que estaba sentado en la nube: “Empuña la hoz y ponte a segar; el tiempo de la cosecha ha llegado ya; la mies de la tierra está madura”. El que estaba sentado en la nube pasó su hoz sobre la tierra y recogió la cosecha de la tierra.
Salió otro ángel del templo celestial, también él con una afilada hoz en su mano. Y salió del templo otro más, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó con potente voz al que tenía la hoz afilada: “Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”.
El ángel acercó su hoz a la tierra, cosechó la viña de la tierra y echó los racimos en el gran lagar de la cólera de Dios. Pisaron las uvas en el lagar, fuera de la ciudad, y del lagar corrió tanta sangre, que subió hasta los frenos de los caballos, en una extensión de unos trescientos kilómetros.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 95
R/. Que todo se alegre ante el Señor.
“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. Él afianzó con su poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino; salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIÓN Ap 2, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor. R/.
No quedará piedra sobre piedra.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.
Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?”.
Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.
Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que dispones con fuerza y suavidad el destino de los hombres, acepta los dones que tu bondad ha puesto en mis manos y, por el poder de este sacrificio, únenos, al pueblo y a su sacerdote, en un solo corazón, para que no le falte al pastor la docilidad de los fieles, ni a los fieles la solicitud del pastor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 9
Como el Padre me ama, así los amos yo a ustedes. Permanezcan en mi amor, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, origen y plenitud de todas las virtudes, concédeme, por la participación en este sacramento, llevar a cabo lo que es recto y predicar la verdad, para que, con la palabra y el ejemplo, lleve a los fieles al conocimiento de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.