LECTURAS DEL VIERNES XXVII DEL T. ORDINARIO 11 DE OCTUBRE (VERDE)

 

El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.



Feria, SAN JUAN XXIII, Papa MR p. 895 [934] / Lecc. II p. 884



ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 45, 30
El Señor hizo con él una alianza de paz, lo puso al frente de su pueblo y lo constituyó sacerdote para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Dios Todopoderoso y eterno, que en San Juan XXIII, Papa, has hecho resplandecer para todo el mundo la imagen viva de Cristo, Buen Pastor, concédenos, por su intercesión, difundir con alegría la plenitud de la caridad cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Los que viven según la fe serán bendecidos, junto con Abraham, que le creyó a Dios.

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 3, 7-14

Hermanos: Entiendan que los hijos de Abraham son aquellos que viven según la fe. La Escritura, conociendo de antemano que Dios justificaría a los paganos por la fe, le adelantó a Abraham esta buena noticia: Por ti serán bendecidas todas las naciones. Por consiguiente, los que viven según la fe serán bendecidos, junto con Abraham que le creyó a Dios.

En cambio, sobre los partidarios de la observancia de la ley pesa una maldición, pues dice la Escritura: Maldito aquel que no cumpla fielmente todos los preceptos escritos en el libro de la ley. Y es evidente que la ley no justifica a nadie ante Dios, porque el justo vivirá por la fe. Y ciertamente la ley no se basa en la fe, porque, como dice la Escritura: Sólo vivirá quien cumpla los preceptos de la ley.

Además, Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose objeto de maldición por nosotros, puesto que la Escritura dice: Maldito sea aquel que cuelga de un madero. Esto sucedió para que la bendición otorgada por Dios a Abraham llegara también, por Cristo Jesús, a los paganos y para que recibiéramos, por medio de la fe, el Espíritu prometido.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 110

R/. Alabemos a Dios de todo corazón.

Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio. R/.

De majestad y gloria hablan sus obras y su justicia dura para siempre. Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. R/.

Acordándose siempre de su alianza, él le da de comer al que lo teme. Al darle por herencia a las naciones, hizo ver a su pueblo sus poderes. R/.

ACLAMACIÓN  Jn 12, 31-32







R/. Aleluya, aleluya.



Ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor. R/.

Si yo expulso a los demonios con el poder de Dios, eso significa que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.

Del santo Evangelio según san Lucas: 11,15-26


En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Este expulsa a los demonios con el poder de Belzebú, el príncipe de los demonios”.

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Belzebú. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el dedo de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’.

Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza en honor del Papa San Juan XXIII y de todos tus santos, en la serena confianza de ser liberados de los males presentes y futuros y de obtener la heredad que nos has prometido. Por Cristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 21, 17
Señor, tú lo conoces todo; tú sabes que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, nuestro Dios, que la comunión en tus santos misterios haga despertar en nosotros la llama de la caridad, que alimentó sin cesar la vida de San Juan XXIII y lo empujó a llevarla a toda su Iglesia. Por Cristo nuestro Señor.