LECTURAS DEL JUEVES XXX DEL T. ORDINARIO 31 DE OCTUBRE (VERDE)

¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!




Feria o Misa por las vocaciones a las órdenes sagradas

Verde MR p. 1055 [1100] / Lecc. II. 951



ANTÍFONA DE
ENTRADA Mt 9, 38

Rueguen al
Señor de la mies que envíe trabajadores a sus campos, dice Jesús a sus
discípulos.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que
quisiste proveer de pastores a tu pueblo, infunde en tu Iglesia tal espíritu de
piedad y fortaleza, que suscite ministros dignos de tu altar y los haga ser
valientes y humildes promotores del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA

Revístanse con la armadura de Dios para que puedan quedar definitivamente victoriosos.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 6, 10-20

Hermanos: Busquen su fortaleza en el Señor y en su invencible poder. Utilicen las armas que Dios les ha dado, para poder resistir a las asechanzas del diablo. Porque no estamos luchando contra fuerzas humanas, sino contra las fuerzas espirituales y sobrehumanas del mal, que dominan y gobiernan este mundo de tinieblas.

Por eso, para que puedan resistir en los momentos difíciles y quedar definitivamente victoriosos, revístanse con la armadura de Dios: que su cinturón sea siempre la verdad; su coraza, la justicia; su calzado, la prontitud para anunciar el Evangelio de la paz; que la fe les sirva siempre de escudo para protegerlos y apagar las flechas incendiarias del enemigo malo; pónganse el casco de la salvación y empuñen la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
Y, con la ayuda del Espíritu Santo, oren y supliquen continuamente. Velen en oración constantemente por todo el pueblo cristiano y también por mí, a fin de que Dios me conceda hablar con toda libertad para anunciar el misterio de Cristo, contenido en el Evangelio, del cual soy embajador, aunque estoy encadenado. Pidan, pues, que tenga valor para predicarlo como debo. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 143



R/. Bendito sea el Señor, mi fortaleza.

Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides. R/.

Él es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde. R/.
Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte, pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde. R/.


ACLAMACIÓN  Lc 19, 38; 2, 14





R/. Aleluya, aleluya.



¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! R/.

No conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.

Del santo Evangelio según san Lucas: 13, 31-35

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”. Él les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ “. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS

Mira,
Señor, con bondad las oraciones y ofrendas de tu pueblo, para que se
multipliquen los dispensadores de tus misterios y perseveren sin cesar en tu
amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN   1 Jn 3, 16

Conocemos
lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos
nosotros dar la vida por nuestros hermanos.

ORACIÓN
DESPUÉS DE’LA COMUNIÓN

Alimentados
con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que, por este
sacramento de caridad, maduren las vocaciones que a manos llenas siembras en el
campo de la Iglesia, de tal modo, que sean muchos los que elijan el camino de
servirte en sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor