LECTURAS DEL MARTES XXIV DEL T. ORDINARIO 17 DE SEPTIEMBRE (VERDE)

 

Jesús dijo: “Joven, yo te lo mando: Levántate”. Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar.



Feria, Misa por la paz y la justicia, A san Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia* o santa Hildegarda de Bingen, virgen y doctora de la Iglesia ** MR, p. 920 (912) / Lecc. II, p. 796

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36,18-19

Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que revelaste que han de ser llamados hijos tuyos quienes promueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la justicia, que es la única que garantiza una paz firme y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo…

O bien:

Señor Dios, que cuidas de todos con amor paterno, concede, benigno, que los hombres, a quienes diste un mismo origen, no sólo formen en la paz una sola familia, sino también vivan unidos con espíritu fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo…


LITURGIA DE LA PALABRA

Ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 12-14. 27-31

Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.

Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Aspiren a los dones de Dios más excelentes.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 99

R/. Sirvamos al Señor con alegría.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.

Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo. R/.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.

ACLAMACIÓN  Lc 7, 16








R/. Aleluya, aleluya.



Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.

Joven, yo te lo mando: Levántate.

Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 11-17

En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.

Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. Acercándose al ataúd, lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: “Joven, yo te lo mando: Levántate”. Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.

Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”. La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que el sacrificio de la salvación de tu Hijo, Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y la unidad, sirvan para estrechar la concordia entre todos tus hijos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 9

Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

O bien: Jn 14, 27

La paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNÓN

Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con eficacia, entre todos, la paz que él mismo nos dejó. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

O bien:

“San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia MR, p. 835 (824)

Nacido en Toscana (Italia), entró muy joven en la Compañía de Jesús y dio clases en Lovaina y Roma. Allí escribió sus “Controversias” y dirigió espiritualmente a san Luis Gonzaga. Nombrado por el Papa cardenal-arzobispo de Capua, manifestó su gran habilidad pastoral. Pero tuvo que volver a Roma como consejero papal (1542-1621).
Del común de pastores: para un obispo, MR, p. 943 (935) o del Común de doctores de la Iglesia, MR, p. 956 (948).

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para defender la fe de tu Iglesia colmaste a san Roberto Belarmino de admirable sabiduría y fortaleza, por su intercesión concede a tu pueblo el gozo de profesar íntegramente esa misma fe. Por nuestro Señor Jesucristo…

O bien:

**Santa Hildegarda de Bingen, virgen y doctora de la Iglesia

Del Común de doctores de la Iglesia, MR, p. 956 (948), o del común de vírgenes: para una virgen, MR, p. 960 (952).

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te dignaste colmar de celestial doctrina a santa Hildegarda de Bingen, concédenos, por su intercesión, custodiar fielmente esa misma doctrina y profesarla en nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo…