LECTURAS DEL LUNES XXIII DEL T. ORDINARIO 11 DE SEPTIEMBRE (VERDE)

 

“Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?”



Misa por el presidente de la República MR, pp. 423 (419).1133 (1125) / Lecc. II, p. 767


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 16. 18

Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. Ve mi pequeñez y mis trabajos, y perdona todos mis pecados, Dios mío.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, a quien está sometido todo poder humano, concede a nuestro presidente N. un próspero ejercicio de su mandato, de modo que, en el respeto de tu ley y en el empeño de actuar conforme a tu agrado, mantenga y procure siempre un orden tranquilo y libre, en favor del pueblo que tiene encomendado. Por nuestro Señor Jesucristo..

LITURGIA DE LA PALABRA

Yo he llegado a ser ministro de la Iglesia, para anunciar el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos.

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 24-2, 3

Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

Por disposición de Dios, yo he sido constituido ministro de esta Iglesia para predicarles por entero su mensaje, o sea el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.

Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos, es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria; ese mismo Cristo, que nosotros predicamos, cuando corregimos a los hombres y los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos. Por eso precisamente me empeño y lucho con la fuerza de Cristo, que actúa poderosamente en mí.

Quiero que sepan cuántos esfuerzos estoy haciendo por ustedes, por los de Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente. Se lo digo a ustedes para que todos se animen, y unidos íntimamente en el amor, puedan alcanzar en toda su riqueza el conocimiento pleno y perfecto del designio secreto de Dios, que es Cristo, en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 61, 6-7. 9 

R/. Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.

Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte y firmeza, es mi Dios y salvador. R/.

De Dios viene mi salvación y mi gloria; Él es mi roca firme y mi refugio. Confía siempre en Él, pueblo mío, y desahoga tu corazón en su presencia, porque sólo en Dios está nuestro refugio. R/.



ACLAMACIÓN Jn 10, 27 






R/. Aleluya, aleluya.



Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen. R/.



Estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado.

Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 6-11

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: “Levántate y ponte ahí en medio”. El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?” Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. Él la extendió y quedó curado.

Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Llenos de confianza en tu bondad, acudimos, Señor, ante tu santo altar trayéndote nuestros dones, a fin de que, purificados por tu gracias, quedemos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 16, 6

Te invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis palabras.

O bien: Mc 11, 23-24

Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, señor, con tu Espíritu, a quienes nutres con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra, sino con las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.