LECTURAS DEL JUEVES XXV DEL T. ORDINARIO 28 DE SEPTIEMBRE (VERDE O ROJO)

 

El rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado.





Verde / Rojo Feria, Misa por la paz y la justicia, A o san Wenceslao, mártir* o san Lorenzo Ruíz y compañeros, mártires** MR, p. 1141 (1133) / Lecc. II, p. 827



ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36,18-19

Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que revelaste que han de ser llamados hijos tuyos quienes promueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la justicia, que es la única que garantiza una paz firme y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo…

O bien:

Señor Dios, que cuidas de todos con amor paterno, concede, benigno, que los hombres, a quienes diste un mismo origen, no sólo formen en la paz una sola familia, sino también vivan unidos con espíritu fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Construyan el templo para que pueda yo estar satisfecho.

Del libro del profeta Ageo: 1, 1-8

El día primero del mes sexto del año segundo del rey Darío, la palabra del Señor se dirigió, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y les dijo: “Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Este pueblo mío anda diciendo que todavía no ha llegado el momento de reconstruir el templo'”.

La palabra del Señor llegó por medio del profeta Ageo y dijo: “¿De modo que es tiempo de vivir en casas con paredes revestidas de cedro, mientras que mi casa está en ruinas? Pues ahora, dice el Señor de los ejércitos, reflexionen sobre su situación: han sembrado mucho, pero cosechado poco; han comido, pero siguen con hambre; han bebido, pero siguen con sed; se han vestido, pero siguen con frío, y los que trabajaron a sueldo echaron su salario en una bolsa rota”. Esto dice el Señor de los ejércitos:

“Reflexionen, pues, sobre su situación. Suban al monte, traigan madera y construyan el templo, para que pueda yo estar satisfecho y mostrar en él mi gloria, dice el Señor”.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

Del salmo 149

R/. El Señor es amigo de su pueblo.

Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R/.

En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.

Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, pues en esto su pueblo se complace. R/.

ACLAMACIÓN Jn 14, 6










R/. Aleluya, aleluya.



Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor. R/.

A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién es entonces éste de quien oigo semejantes cosas?

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 7-9

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?” Y tenía curiosidad de ver a Jesús. 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que el sacrificio de la salvación de tu Hijo, Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y la unidad, sirvan para estrechar la concordia entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 9

Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

O bien: Jn 14, 27

La paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con eficacia entre todos la paz que él mismo nos dejó. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

O bien:

San Wenceslao, mártir MR, p. 842 (831)

Wenceslao, duque de Bohemia, no cumplía aún los 30 años de edad, cuando fue asesinado por su hermano (935). En medio de una corte de costumbres bárbaras, se distinguió por su austeridad y su gran amor a los pobres. Su tumba, en Praga, se convirtió muy pronto en un centro de peregrinaciones.
Del Común de mártires: para un mártir, MR, p. 930 (922).

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que enseñaste al mártir san Wenceslao a anteponer al reino terrenal el reino de los cielos, concédenos, por su intercesión, que, negándonos a nosotros mismos, nos unamos de todo corazón a ti. Por nuestro Señor Jesucristo…

O bien:

San Lorenzo Ruíz y compañeros, mártires MR, p. 843 (832)

En el siglo XVII, en la ciudad de Nagasaki, del Japón, dieciséis mártires derramaron su sangre por Cristo. Era un grupo formado por misioneros provenientes de Europa y de Asia, que en diferentes años y circunstancias, predicaron la fe cristiana en las Islas Filipinas, Formosa y en el Japón. En una forma maravillosa manifestaron la universalidad de la fe cristiana, y con el ejemplo de su vida y de su muerte esparcieron la semilla para los futuros trabajos misionales de la Iglesia.
Del común de mártires: para varios mártires, M R, p. 925 (917)

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas la constancia de tus santos mártires Lorenzo Ruiz y compañeros en el servicio a ti y al prójimo, porque en tu reino son felices los que sufren la persecución por causa de la justicia.

Por nuestro Señor Jesucristo…